En un fútbol local en el que escasean los laterales, el defensor de
Argentinos Juniors, con pasado en Europa, la Selección y River, es un modelo a
seguir de una especie en extinción.
El seleccionado argentino y River
fueron históricamente, salvo excepciones, sinónimos de buen fútbol, de pelota
al piso, de jugadores con buena técnica y de un estilo registrado, el cual, entre
tantos aspectos, incluye la subida al ataque de los defensores laterales. Hoy,
ambos equipos carecen de legítimos marcadores por afuera, un fiel reflejo de la
escasez en el puesto y del nivel de juego actual. Partiendo de esta hipótesis,
Marca Zonal fue a buscar a uno de los últimos verdaderos 3, quien supo dejar su
marca y que casualmente vistió la celeste y blanca y la banda roja: Diego
Placente, 35 años.
-¿Por qué se complica la aparición de laterales?
-“En mi época siempre hubo, y los
que jugábamos en Inferiores llegábamos a Primera. El fútbol de ahora, al ser
tan defensivo, nos acostumbró a ver a muchos centrales que juegan de laterales,
y eso tapa un poco para que aparezcan nuevos. Además, se prioriza la defensa y
eso genera pérdidas en ataque”.
-¿Y qué opinás al respecto?
-“Son estilos de juego. La cuna
de Argentinos Juniors indica que haya laterales que le den buena salida al
equipo porque de ahí nace todo. Defender mejor no te asegura nada. Estaría
bueno que todos empiecen a arriesgar un poco más y a ofrecer variantes en la
parte ofensiva”.
Diego se crió futbolísticamente
en el Bicho de La Paternal; luego pasó a River; fue vendido a Europa, adonde
defendió los colores del Bayern Leverkusen alemán y los del Celta de Vigo
español, para retornar al país a jugar en San Lorenzo. Después volvió al Viejo
Continente, al Bordeaux de Francia; otra vez al Ciclón de Boedo; Nacional de
Uruguay; y finalmente regresó a su casa.
“Siempre me quise retirar en Argentinos
porque empecé acá y porque soy hincha del club. Después del último año en San
Lorenzo, que no fue bueno en lo personal, me quedé con las ganas de retirarme
jugando bien. Ahí se presentó la posibilidad de ir a Nacional de Montevideo, adonde
recuperé el nivel y sentí las ganas de volver”, confiesa quien vistió durante
muchos años la camiseta de la Selección y jugó Mundiales, Champions League y
Copas Libertadores.
-¿Cómo ves el fútbol local comparándolo con tus primeras etapas?
-“Creo que por el aspecto
económico, los mejores jugadores se van temprano al exterior y eso se siente.
No se logran formar buenos equipos (Vélez es la excepción). Además, la presión
de jugar por el descenso y cosas importantes hace que los entrenadores se vayan
rápido, que no se puedan llevar a cabo proyectos y se exige cambiar los planes
de trabajo optando por otros que sirven solo para sacar puntos y no le hacen
bien al espectáculo. Hoy se corre más de lo que se juega”.
-¿Qué tiene que tener un buen lateral?
-“En primer lugar, tiene que
marcar, y después ir al ataque. Tiene que darle al equipo salida y juego por
afuera. En Argentina el mejor hoy es Emiliano Papa, de Vélez”.
A lo largo de su carrera,
Placente tuvo oportunidades de vestir camisetas representativas, de jugar con
compañeros destacados, de hacer amigos y de conocer entrenadores. Dentro de
este contexto remarca que River es su segunda casa y un lugar adonde pasó una
gran etapa que lo ayudó a progresar. Siente orgullo y que cumplió un sueño al
formar parte de la Selección. Afirma que en Europa aprendió como deportista y
como persona. Destaca a Pekerman y a Bielsa como técnicos que lo marcaron.
Cuenta que sus amigos en el fútbol son Garcé, Riquelme, Markic, Franco y
Scaloni. Y que Sorín fue un jugadorazo,
un lateral muy ofensivo, que siempre pareció más brasilero que argentino.
A modo de cierre, se le pregunta
cómo cree que la gente y el ambiente del fútbol va a recordarlo cuando cuelgue
los botines. Y responde: “Como un lateral que defendía y atacaba, que jugaba
bien al fútbol, con técnica y que le daba salida al equipo”. Lamentablemente, características
que no abundan hoy en día. Diego Placente, referente de una especie en
extinción.
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