miércoles, 26 de junio de 2013

FANÁTICO - Gastón Soffritti


El joven actor es amante de los deportes, muy hincha de San Lorenzo y apasionado por la música. Viene de protagonizar el éxito televisivo “Graduados” y hoy integra el elenco de “Vecinos en Guerra”.


No parar y no quedarse quieto son características típicas de Gastón Soffritti. Su vida tiene y siempre tuvo cierto vértigo, un poco por decisión propia y su forma de ser, y otro por situaciones que se le fueron y van presentando. Sin ir más lejos, en el ámbito laboral, no pisa el freno y acelera cada vez más fuerte. El año pasado fue parte del éxito televisivo de “Graduados”, en la temporada de verano hizo teatro con “Los Grimaldi” y actualmente integra el elenco de “Vecinos en Guerra”. Para colmo, como condimento especial, a este ritmo e intensidad que lo caracterizan, les agrega una cuota importante de pasión y disfrute, cuestiones que se trasladan a otros aspectos fuera de su trabajo, como lo son sus dos grandes debilidades: La música y el deporte. “No podría vivir sin ninguna de las dos, son los complementos de la actuación, sino haría alguna  me sentiría raro. Son mis cables a tierra, y no es que me aburran, pero me interesa ir probando de todo”, confiesa el actor de 21 años. Y cuando dice “de todo”, es de todo: Tenis, rugby, natación, taekwondo, hóckey (sobre patines, hielo y césped), golf, fútbol, batería, bajo, guitarra y piano.

PURO DEPORTE
“Desde chico, siempre fui muy deportista. Llegué a hacer cinco deportes a la vez. Hoy practico tenis, golf y fútbol”, cuenta el hoy vecino de Coghlan, que supo vivir en Núñez, Sáenz Peña y San Martín. A continuación, Gastón repasa junto a Marca Zonal todas las disciplinas que experimentó.
Tenis
“Empecé a jugar por mi viejo, que es profesor, aunque de chico no le daba mucha bola, cosa que sí de grande. Jugué Interclubes para Almagro, me divertía mucho competir en torneos. Actualmente entreno dos veces por semana”.
Fútbol
“De toda la vida. Me encanta, pero la realidad es que es complicado jugar por mí profesión, ya que cualquier golpe en la cara o algo me perjudica, pero yo me muero por jugar. Juego con mis amigos en Pocha en el Torneo de Ex Alumnos del Colegio Cardenal Copello. Es un torneo muy lindo y competitivo”.
Cuando se le consulta por su estilo de juego, no duda y explica que “soy volante por derecha. Meto mucho. Por mi profesión tendría que medir más los golpes, pero yo voy y voy. Mis virtudes son la velocidad y la resistencia, no soy un gran habilidoso. Prefiero pasar la pelota y no tanto definir”.
Rugby
“Cuando era muy chico jugué en el Club San Martín, hasta los 14 años. Pero acá sí, por la actuación, tuve que dejar porque sí o sí te golpeás y lastimás. Era un medio scrum rápido pero el físico mucho no me ayudaba”.
Natación
“Mi vieja me obligaba a ir para que crezca un poco físicamente. La verdad que es un deporte buenísimo pero lo detesto, me aburre mucho (risas). Después, de más grande, dejé. En invierno me cagaba de frío y en verano no me daban ganas de ir”.
Taekwondo
“Llegué hasta cinturón verde punta azul. Me gustaba mucho el entrenamiento”.
Hóckey
“Sobre patines jugué en Comunicaciones hasta Juveniles. Ahí teníamos un equipazo, éramos todos muy chicos pero rapidísimos. Es un deporte agresivo, me golpeé mucho. Sobre césped, en el Club San Martín y sobre hielo, muy poco tiempo, en Winter, Caballito”.
Golf
“Es una enfermedad, una locura. Al que no lo juega le parece aburrido, de hecho yo pensaba lo mismo, pero cuando arrancás es una adicción. Es un deporte muy competitivo, en el cual competís contra vos mismo y contra la cancha, queriendo mejorar siempre. Además, te brinda la posibilidad de hacer muchos amigos. Parece fácil, y todo lo contrario, es muy técnico y mental, hay que estar muy bien de la cabeza, igual que el tenis”.

SAN LORENZO, SU GRAN AMOR
Dentro de su pasión por los deportes uno de los que sobresale es el fútbol y, en lo que respecta a este mundo, San Lorenzo es su gran amor.
-¿Cómo nace el fanatismo?
“Toda mi familia es hincha. Soy muy fanático, voy a la cancha casi todos los fines de semana. De chico era más enfermo, lloraba, me volvía loco. Mi viejo también es así, vamos juntos a la cancha, y mi abuelo es socio desde hace muchísimos años”.
-¿Qué momentos recordás como simpatizante?
-“En 2007, cuando salimos campeones, me invitaron a jugar un partido. Fue una experiencia hermosa, un sueño cumplido. También, en los 100 años me invitaron, estuve sentado al lado de Gorosito y Biaggio, dos grandes ídolos. Y hace poco me regalaron un pedazo de los tablones del Viejo Gasómetro. Algo increíble”.

CON EL ROCK EN LAS VENAS
Como sucede con el deporte, Gastón también se fanatizó con la música.  A los 11 años empezó a tocar el piano, y  después solo fue aprendiendo otros instrumentos (batería, guitarra y bajo). Hoy  tiene dos bandas de rock, Kimera 9 y Atahualpa y un Punky.
AC DC es el grupo que lo desvive, aunque reconoce que ve y escucha de todo. Se inclina más por el rock internacional pero del ámbito nacional le gustan mucho intérpretes del 70 y 80.

LUZ, CÁMARA…ACCIÓN
Con la música y el deporte incorporados desde muy chico, la faceta artística apareció sin darse cuenta. “Era muy jodón, de hacer chistes y no parar ni un minuto, y un día se me dio por  ir a castings. Sinceramente, hoy me siento un privilegiado porque me toca laburar de algo que me divierte y me gusta hacer”, comenta.
Su primera aparición fue en “Café Fashion”, con 8 años, contando un chiste en la falda de Denise Dumas, “cosa que hoy no podría hacer”, se ríe. Ya en 2001 hizo “Yago, pasión morena”, con Facundo Arana, para Telefé, y desde entonces no paró.
-¿Cómo fue la experiencia de “Graduados”?
-“Fue la novela que me despegó como actor y una de las cosas más lindas que hice, porque más allá de ser algo muy divertido, tenía eso de volver el tiempo para atrás. Creo que lo que más garpaba del programa es que enganchaba a gente de diferentes edades, porque todos, más allá de los años, nos acordamos del pasado, de las cagadas que nos mandábamos en el colegio, etc. El tema del recuerdo fue clave”.
-¿Fue lo mejor que hiciste?
-“A nivel popularidad, sí, pero hice un capítulo de “Historias de la primera vez”, en el que yo hacía de hijo de un ex militar de la época de la Dictadura, que me marcó mucho. A nivel dramático, eso fue lo mejor. De hecho por eso me llamaron para Graduados”.
-¿Y “Vecinos en Guerra”?
-“Me gustó mucho la idea de haber cambiado rotundamente el estilo del programa, porque podrían haber hecho algo similar a “Graduados” y se la jugaron con una historia que toca lo bizarro y lo sobrenatural, y a su vez con una cuota grande de comedia. Además, a nivel producción se está haciendo un trabajo muy bueno y con mucho despliegue”.
-¿Y tu personaje?
-“Me permite jugar mucho más que en la tira anterior.  Es un delirio, es genial. Me divierto mucho más grabando, nos reímos y divertimos mucho”.
-¿Cómo tomás que comparen ambos programas?
- “Todo el mundo los va a comparar, es lógico. Y está bien que no haga 30 puntos de rating, pero la verdad es que nos va muy bien, es una historia que hay que darle tiempo”.

ESOS SUEÑOS
Soffritti tiene, como cualquier persona, sueños. Como Cuervo confiesa que le gustaría poder ir a ver a San Lorenzo con su hijo, mientras que, en el mundo artístico, sostiene que “mucho no puedo pedir porque los lugares adonde caí siempre fueron exitosos y de privilegio, debería más agradecer que pedir, pero si tengo que soñar me gustaría hacer una película de cine con Darín, Francella, De la Serna o con alguien que tenga como referente”.
Los sueños pueden cumplirse o no, pero con su pasión, sus ganas de experimentar y eso de “no parar” y “no quedarse quieto”, es probable que en algún momento de su vida Gastón se siente en la platea azulgrana con su hijo y que comparta escenas del cine argentino con actores consagrados. Gastón Soffritti, un fanático que no para.

TRAYECTORIA
Televisión: Café Fashion; Yago, pasión Morena; Rincón de Luz; Floricienta; Chiquititas; Patito Feo; Historia de la primera vez; Sueña Conmigo; Graduados y Vecinos en Guerra.
Cine: Un paradiso per due (Italia).Teatro: Pequeños Fantasmas; Rincón de Luz; Chiquititas sin fin; Patito Feo; Sueña Conmigo y Los Grimaldi.


ÍDOLOS DEPORTIVOS
Gastón admira a Lionel Messi y a Roger Federer. A su vez, destaca al Pipi Romagnoli y al Beto Acosta de su San Lorenzo querido. Mientras que a los que no ve con muy buenos ojos es a los tenistas argentinos de Copa Davis, ya que le da mucha bronca que no se unan para ganar un trofeo tan importante.


PUMA GOYTI


El reconocido actor repasa su etapa como rugbier y analiza la actualidad de San Martín, el club de sus amores.


Alegría, sufrimiento, amor y dolor son los sentimientos y las sensaciones que le provoca el Club San Martín al Puma Goyti. Porque es feliz de pertenecer a dicha institución, porque sufre –y mucho- cuando pierde el equipo, porque le duele que no pueda crecer como se lo merece y porque, por sobre todo, ama a su club. “Cuando entré por primera vez me enamoré perdidamente, me pasó lo mismo que con mi mujer, a diferencia que me enamoré de varias (risas). Ahí pasé los mejores momentos de mi vida”, confiesa el reconocido actor y ex rugbier nacido el 23 de octubre de 1959.

-¿Cuándo y cómo nació esta pasión?
-“Empecé a los 11 años por unos tíos que jugaron en San Martín y fueron fundadores del Club Beromama. Ellos nos regalaron a mí y a mis hermanos las primeras camisetas. Al mismo tiempo, en aquel momento, muchos chicos de Palomar, mi barrio, iban al club. Fui por primera vez en 1966 a ver un partido contra Pucará”.
-¿Cómo fueron tus pasos como jugador?
-“Hice divisiones juveniles y llegué a integrar el plantel superior, jugando casi siempre en Intermedia. Siempre me gustó jugar de tercera línea, pero era segunda porque en esos puestos había muchos chicos buenos como Mudo Arenas, Chino Ezeiza, Polaco Hosselet, Campi, entre otros”.
ACTUALIDAD TRICOLOR
Un simple comentario sirve para corroborar que el Puma está al tanto del presente del equipo. “Uh, la del Cuervo, gran jugador”, acota al momento de ponerse la camiseta número 2 para la producción fotográfica, haciendo referencia al primera línea Santiago Lamanna.
“Sinceramente cuando voy al club sufro mucho, soy muy crítico porque amo perdidamente estos colores”, confiesa. Enseguida, muy metido y pensante en el tema, enfatiza que “San Martín es un grande que no ejerce”, y recalca que existen otros clubes que supieron ser chicos y con el tiempo crecieron. “Nosotros parece que nos animamos a ser el club de rugby que tenemos que ser, por historia, por jugadores y por lugar geográfico”, señala.
Continuando con el análisis, Goyti manifiesta que debe trabajarse seriamente en divisiones juveniles e instalar la idea que se acerquen chicos de todos lados, no solo de Villa Devoto, también de Caseros, Ramos Mejía y Barrio Norte, para  abrir el espectro y pensar qué es lo mejor para la institución.
SENTIDO DE PERTENENCIA
Sin meter ni una pausa, el comediante relaciona la actualidad del equipo con el sentido de pertenencia por el club: “Hay que inculcar el amor por la camiseta desde chicos. Tiene que ser tu espacio, que signifique mucho más que un lugar de esparcimiento. Tiene que ser tu pequeña patria, no un lugar de paso. Yo siempre critico eso de jugar con amigos, acá hay que jugar con hermanos”. Y agrega: “Prefiero 12 jugadores fanáticos que 100 que le de lo mismo jugar o no jugar. Un equipo se ve en el ingoal, cuando le hacen un try. Que te hagan un try es como que le toquen el culo a tu novia o a tu vieja”.
EL FÚTBOL Y LA ACTUACIÓN
Está claro que el rugby es el deporte que lo apasiona, aunque el fútbol también tiene lugar en la vida de Gabriel Goyti. Admite ser hincha de Boca, pero confiesa su amor por Huracán, equipo al cual le tomó cariño por unos amigos. Se autodefine como bostero nativo y quemero por adopción.
Si de pasiones se trata, él mismo se encarga de explicar cómo empezó a actuar: “Desde chico me gustó, siempre fue una intuición. Después de la Secundaria probé muchas carreras (Derecho, Agronomía, Medicina, Escuela Náutica), pero mi tendencia me hizo animar y empecé en 1981 en el Conservatorio Escuela Nacional de Artes Dramático, y no paré”. Actualmente se encuentra grabando una tira de Pol Ka en la cual protagonizará a un entrenador de boxeo.
Así es el Puma Goyti, una persona sencilla, que ama su profesión y disfruta el deporte que jugó de chico y hoy sigue desde afuera. “Permanentemente pongo la filosofía del rugby en el teatro: trabajar en equipo, ir para adelante y cuando las cosas no van bien apretar los dientes. Yo llegué a un club que era muy grande y que quedó desbastado cuando se formó San Cirano, y eso me hizo aprender a sufrir y esforzarme más. Cuando entré al club y al Conservatorio me pasó lo mismo, dije -de acá no me voy más-. El rugby y el teatro son mi vida. Cuando hagan mi ADN van a encontrar eso”, relata.
Y como no podía ser de otra manera, la nota termina con un chiste y sus correspondientes risas: “Como diría Serafín Dengra, como rugbier soy un gran actor, y yo agrego que como actor soy un gran jugador”.

FANATICO DE LOS PUMAS
Fanático del rugby, el Puma Goyti disfruta de ver al equipo nacional argentino, pero confiesa que no se desespera. “Cuando juegan Los Pumas no me paralizo, pero con el Trico sí. Como decía Fontanarosa, la selección es como una tía, que querés mucho, pero  el club, es como tu vieja”.
En referencia a la participación en el Rugby Championship, opina que “jugar con los mejores es la única manera de crecer. Es muy positivo”.


EL ÚLTIMO 3



En un fútbol local en el que escasean los laterales, el defensor de Argentinos Juniors, con pasado en Europa, la Selección y River, es un modelo a seguir de una especie en extinción.

El seleccionado argentino y River fueron históricamente, salvo excepciones, sinónimos de buen fútbol, de pelota al piso, de jugadores con buena técnica y de un estilo registrado, el cual, entre tantos aspectos, incluye la subida al ataque de los defensores laterales. Hoy, ambos equipos carecen de legítimos marcadores por afuera, un fiel reflejo de la escasez en el puesto y del nivel de juego actual. Partiendo de esta hipótesis, Marca Zonal fue a buscar a uno de los últimos verdaderos 3, quien supo dejar su marca y que casualmente vistió la celeste y blanca y la banda roja: Diego Placente, 35 años.

-¿Por qué se complica la aparición de laterales?
-“En mi época siempre hubo, y los que jugábamos en Inferiores llegábamos a Primera. El fútbol de ahora, al ser tan defensivo, nos acostumbró a ver a muchos centrales que juegan de laterales, y eso tapa un poco para que aparezcan nuevos. Además, se prioriza la defensa y eso genera pérdidas en ataque”.
-¿Y qué opinás al respecto?
-“Son estilos de juego. La cuna de Argentinos Juniors indica que haya laterales que le den buena salida al equipo porque de ahí nace todo. Defender mejor no te asegura nada. Estaría bueno que todos empiecen a arriesgar un poco más y a ofrecer variantes en la parte ofensiva”.
Diego se crió futbolísticamente en el Bicho de La Paternal; luego pasó a River; fue vendido a Europa, adonde defendió los colores del Bayern Leverkusen alemán y los del Celta de Vigo español, para retornar al país a jugar en San Lorenzo. Después volvió al Viejo Continente, al Bordeaux de Francia; otra vez al Ciclón de Boedo; Nacional de Uruguay; y finalmente regresó a su casa.
“Siempre me quise retirar en Argentinos porque empecé acá y porque soy hincha del club. Después del último año en San Lorenzo, que no fue bueno en lo personal, me quedé con las ganas de retirarme jugando bien. Ahí se presentó la posibilidad de ir a Nacional de Montevideo, adonde recuperé el nivel y sentí las ganas de volver”, confiesa quien vistió durante muchos años la camiseta de la Selección y jugó Mundiales, Champions League y Copas Libertadores.
-¿Cómo ves el fútbol local comparándolo con tus primeras etapas?
-“Creo que por el aspecto económico, los mejores jugadores se van temprano al exterior y eso se siente. No se logran formar buenos equipos (Vélez es la excepción). Además, la presión de jugar por el descenso y cosas importantes hace que los entrenadores se vayan rápido, que no se puedan llevar a cabo proyectos y se exige cambiar los planes de trabajo optando por otros que sirven solo para sacar puntos y no le hacen bien al espectáculo. Hoy se corre más de lo que se juega”.
-¿Qué tiene que tener un buen lateral?
-“En primer lugar, tiene que marcar, y después ir al ataque. Tiene que darle al equipo salida y juego por afuera. En Argentina el mejor hoy es Emiliano Papa, de Vélez”.
A lo largo de su carrera, Placente tuvo oportunidades de vestir camisetas representativas, de jugar con compañeros destacados, de hacer amigos y de conocer entrenadores. Dentro de este contexto remarca que River es su segunda casa y un lugar adonde pasó una gran etapa que lo ayudó a progresar. Siente orgullo y que cumplió un sueño al formar parte de la Selección. Afirma que en Europa aprendió como deportista y como persona. Destaca a Pekerman y a Bielsa como técnicos que lo marcaron. Cuenta que sus amigos en el fútbol son Garcé, Riquelme, Markic, Franco y Scaloni. Y que Sorín fue  un jugadorazo, un lateral muy ofensivo, que siempre pareció más brasilero que argentino.

A modo de cierre, se le pregunta cómo cree que la gente y el ambiente del fútbol va a recordarlo cuando cuelgue los botines. Y responde: “Como un lateral que defendía y atacaba, que jugaba bien al fútbol, con técnica y que le daba salida al equipo”. Lamentablemente, características que no abundan hoy en día. Diego Placente, referente de una especie en extinción.